La gama de productos que se utilizan dentro de los sectores metalmecánicos-industriales es muy amplia, dentro de ella podemos encontrar a las electroválvulas, que son equipos que funcionan a partir de pulsos eléctricos, para distribuir – redireccionar, o simplemente cumplir con diversas funciones hidráulicas, por lo que tiene que ver principalmente con el control de fluidos.
Todos los insumos y objetos en una fábrica o en una gran industria son indispensables para que los procesos de producción sean eficientes, es por eso que resulta favorable conocer cómo funcionan, por lo cual explicaremos con mayor detalle para qué sirven este tipo de electroválvulas.
¿Qué son las electroválvulas?
Las electroválvulas son dispositivos electromecánicos que se utilizan para controlar la cantidad de flujo que pasan a través de un objeto-válvula, por ejemplo, una tubería o un sistema hidráulico.
Las electroválvulas son indispensables para diversas industrias, sobre todo las que utilizan materiales líquidos en sus procesos productivos, así como para procesos tan sencillos como lo es el riego de campos.
Entre las características que más sobresalen de estos objetos es la que se relaciona con su facilidad de adaptación por medio de controladores especializados, que favorecen la automatización en el sector industrial.
Las electroválvulas también se conocen como válvulas solenoides de uso general, porque se mueven gracias a la acción de una bobina solenoide, la cual tiene una forma cilíndrica con un hilo conductor que al estar enrollado, produce un campo magnético intenso.
La corriente de esta bobina pasa por el hilo conductor, por lo que las bobinas más extensas tienen un campo magnético más uniforme. Es por esto que a este tipo de válvulas también se les conoce como solenoides, pues a partir de los pulsos eléctricos que generan, ejercen las acciones de apertura y cierre.
Tipos de electroválvulas
- Sencillas: También son conocidas como válvulas de tipo directo, se mantienen en reposo (cerradas) hasta que el solenoide ejerce fuerza sobre un muelle para abrirlas. Se utilizan con mayor frecuencia en lavadoras y en lavaplatos.
- Asistidas: Estas electroválvulas se llaman así porque el solenoide no las controla directamente, sino que lo hace sobre una válvula piloto secundaria que produce energía y suministra la presión que necesita la válvula principal.
- De tres vías: Una válvula de este tipo es conocida así porque su función principal no es la de abrir y cerrar, sino que permiten la entrada de una sustancia determinada, entre dos salidas, lo que forma las tres vías. Un ejemplo de su aplicación son los sistemas de calefacción.
Gracias a estas características, este tipo de válvulas se encuentran entre las más buscadas y utilizadas por el sector industrial, ya que su funcionamiento se adapta a tareas de diferentes tipos, como lo veremos más adelante.
¿Cómo funcionan las electroválvulas ?
El funcionamiento de las electroválvulas se debe principalmente a la bobina solenoide que forma parte de esta herramienta. Además, tiene un émbolo, un conducto conector, la aguja de la válvula y dos sistemas, uno de entrada y el otro de salida.
Para que puedan funcionar necesitan a la membrana de la válvula, que está apoyada en el cuerpo de la electroválvula y en un muelle, esta estructura sirve para que los líquidos no pasen por las entradas y salidas.
A fin de que puedan tener un flujo de circulación, es necesario que el solenoide mande una señal eléctrica a las electroválvulas, esto genera que la bobina quede imantada y como consecuencia el émbolo puede levantarse, haciendo que los líquidos pasen por un orificio pequeño que tiene la válvula en su tapa, de ahí llegan hasta la cámara superior.
Estos pasos y acciones que se generan en las electroválvulas permiten que la entrada y la salida de dicho objeto, se coordinen para que los líquidos puedan entrar o salir con una adecuada presión, según las señales eléctricas que manda el solenoide.
¿Cómo instalarlas?
Otro elemento importante que está relacionado con las electroválvulas es el proceso de instalación, el primer paso para realizarlo es revisar que el tamaño de este dispositivo es proporcional al interior del conducto donde quedará colocada, con la finalidad de que su funcionamiento sea el adecuado.
Es necesario verificar cuál es la dirección que tiene el flujo de los líquidos, ya que la electroválvula debe de apegarse a dicho criterio. Lo que sigue es comprobar que dicho objeto está limpio y no hay ninguna partícula externa adherida a su superficie.
Posteriormente, se puede proceder a instalarla en el conducto indicado, cuidando que el material de sellado tenga compuestos lubricantes que no dañen la electroválvula con el uso continuo. También es posible atornillar los racores, pero es un proceso más complejo ya que este dispositivo tiene que quedar sin ninguna alteración para que pueda funcionar.
Finalmente, lo más recomendable es que alrededor de la válvula se deje un espacio para que pueda cambiarse la bobina o darle mantenimiento cuando sea necesario, esto permitirá que funcione correctamente.
¿Cómo limpiar las electroválvulas?
Para que las electroválvulas puedan funcionar bien, es recomendable darles mantenimiento que evite deterioros eléctricos y mecánicos. Lo que se puede hacer es cortar el flujo de los líquidos para que se pueda desenroscar el solenoide que está en la electroválvula, y con precaución de no tocar ningún cable, verificar que el émbolo se levante.
Otra forma de prevenir daños y mantener limpias estas electroválvulas es colocar un filtro en la tubería o conducto donde está instalada, para que no se acumulen los residuos sino que queden en el filtro, y con esto funcionará sin inconvenientes dejando que los líquidos fluyan con normalidad.
Por ello ponemos a tu disposición de nuestro servicios hidráulicos para mantenimiento y reparación de tus equipos hidráulicos.
